El Día de San Juan se ha convertido en una tradición en algunos lugares de España para quemar los olivos. Esta costumbre se remonta a siglos atrás, cuando los agricultores quemaban las ramas para fertilizar la tierra y alejar los malos espíritus.

Actualmente, se trata de una celebración más festiva en la que se queman los restos de la poda que no se utilizarán para otros fines. Este ritual está muy arraigado en la cultura popular y se celebra tanto en pequeñas aldeas como en grandes ciudades.

Aunque la fecha exacta en la que se quema el olivo puede variar según la región, en general se celebra el día 24 de junio, coincidiendo con la festividad de San Juan. Los participantes se reúnen alrededor del fuego y disfrutan de una noche de fiesta con música, bailes y comida típica de la zona.

En definitiva, el día de San Juan se ha convertido en una ocasión especial para demostrar el amor y respeto que se siente por el campo y la naturaleza. Es una oportunidad única para conectarse con las raíces de una cultura ancestral y disfrutar de una fiesta que combina tradición y modernidad.