El aceite de oliva virgen extra (AOVE) es un producto de gran importancia en la cultura mediterránea, considerado como uno de los aceites vegetales más saludables del mundo.

La calidad del AOVE es fundamental para poder diferenciarse de otros aceites de oliva y, por lo tanto, conseguir una mayor rentabilidad. La denominación de origen protegida (DOP) es uno de los mecanismos para asegurar la calidad y la trazabilidad del producto.

La diferenciación del AOVE no solo se basa en la calidad, sino también en la presentación del producto y en su etiquetado. Es necesario que la etiqueta describa adecuadamente el producto, sus propiedades, el proceso de producción y la fecha de caducidad y, en algunos casos, la variedad de aceituna.

La innovación es otro factor importante en la diferenciación del AOVE. Los aceites aromatizados, las presentaciones en botellas de diseño o las ediciones limitadas son algunas de las estrategias que utilizan las empresas para destacar en un mercado cada vez más competitivo.

En definitiva, el AOVE es un producto con un gran potencial de diferenciación que, combinando calidad, presentación e innovación, puede llegar a conquistar a los consumidores más exigentes.